El fútbol inglés y la Premier League tienen su epicentro en Londres. Hasta seis equipos (Arsenal, Chelsea, Fulham, QPR, Tottenham y West Ham) compiten en la liga más globalizada y espectacular del mundo.
En la competición en la que la tradición y la vanguardia se mezclan, en la que e Boxing Day, los partidos en Año Nuevo y Navidad tienen su innegociable, y bien repartida, cuota de pantalla y de derechos televisivos se produjo un cambio de enfoque. En la Premier League no todas las patadas ni todos los goles conducen a Londres. Ahora, el camino tiene su fin en Manchester, donde los focos alumbran a los dos colosos del fútbol inglés de este 2012: El Manchester United y el Manchester City.
Es cierto que el Chelsea más pragmático y reservado ganó la Champions League y se llevó el alegrón y los titulares del año. Sin embargo, en Inglaterra, las estrellas danzaron sobre Old Trafford y el City of Manchester durante diez meses intensos, de lucha sin cuartel bajo la lluvia, sobre el frío y cegados por el sol entre ‘Skyblues’ y ‘Citizens’. Entre el extensísimo palmares del United, máximo rey de títulos en las Islas y todopoderoso aristócrata de Europa, y el nuevo rico, el City de los fichajes, la FA Cup, los trofeos en blanco y negro y las estrellas.
Los puntos cambiaban de acera jornada tras jornada. El United se llevó la Charity Shield en agosto y eliminó al City de la Copa. Los ‘Citizens’ ganaron los dos duelos de liga, el primero de ellos, un 1-6 sonrojante que convirtió en candidato al título al “vecino ruidoso” del que hablaba Ferguson.
Sin embargo, el City se diluyó y el United creció. Parecía que el título volvería a Old Trafford cuando dos pinchazos de los diablos rojos ante el Wigan y el Everton pusieron al United a tiro de los celestes. Kompany, a tres jornadas de la conclusión, empujó con su cabezazo fuera de la cima a los ‘Red Devils’ poniendo al City en ventaja en el sprint final y condenando a la agonía el epílogo de los rojos.
En el último acto, en la batalla final una calurosa y soleada tarde de mayo los dos colosos de Manchester llegaban empatados a puntos, con ventaja para los ‘Skyblues’ que les habían pasado a los diablos rojos debido a sus dos triunfos en los enfrentamientos directos. El City tenía la liga en el bolsillo y solamente necesitaba igualar el resultado que el United cosechara en Sunderland para llevarse el título 44 años después.
La tarde era festiva en Manchester y rutinaria en Sunderland cuando el guion giró de comedia a drama en el City of Manchester. Con toda la fiesta preparada, enfrentándose al modesto QPR, el City se dejó remontar en la segunda parte con un futbolista más sobre el césped. El 1-2 y la victoria del United en el Stadium of Light colocaban a los diablos rojos en el cielo, con la Premier en sus nubes, y a los celestes en el infierno, quemándose en las ascuas de sus lamentos.
Manaban lágrimas de las gradas del Etihad Stadium. El City se desesperaba y se chocaba contra el muro del QPR cuando Dzeko empató el encuentro. Faltaban dos minutos, el reloj corría, Ferguson y el United festejaban en Sunderland cuando…apareció el Kun Agüero. Cogió el balón en la frontal del área, caracoleó y fusiló a Kenny transformando el funeral en boda y empujando a la red toda la ilusión celeste. El gol para el que había nacido…
Enloquecieron Agüero, Mancini, Gallagher, Maradona, Balotelli y todos los ‘Skyblues’ de Manchester y del mundo. El título y el cielo eran del City, los diablos rojos caían al purgatorio y la Premier League nos regalaba un final épico, agónico, glorioso y dramático que recordamos en el epílogo del 2012. Los mayas no nos han privado de un año más de pasión y fútbol británico… ¡Feliz año!
Fotografía: Agüero celebra su tanto al QPR. Fuente: Skysports.com