2012: Manchester, capital de la Premier League

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El fútbol inglés y la Premier League tienen su epicentro en Londres. Hasta seis equipos (Arsenal, Chelsea, Fulham, QPR, Tottenham y West Ham) compiten en la liga más globalizada y espectacular del mundo.

En la competición en la que la tradición y la vanguardia se mezclan, en la que e Boxing Day, los partidos en Año Nuevo y Navidad tienen su innegociable, y bien repartida, cuota de pantalla y de derechos televisivos se produjo un cambio de enfoque. En la Premier League no todas las patadas ni todos los goles conducen a Londres. Ahora, el camino tiene su fin en Manchester, donde los focos alumbran a los dos colosos del fútbol inglés de este 2012: El Manchester United y el Manchester City.

Es cierto que el Chelsea más pragmático y reservado ganó la Champions League y se llevó el alegrón y los titulares del año. Sin embargo, en Inglaterra, las estrellas danzaron sobre Old Trafford y el City of Manchester durante diez meses intensos, de lucha sin cuartel bajo la lluvia, sobre el frío y cegados por el sol entre ‘Skyblues’ y ‘Citizens’. Entre el extensísimo palmares del United, máximo rey de títulos en las Islas y todopoderoso aristócrata de Europa, y el nuevo rico, el City de los fichajes, la FA Cup, los trofeos en blanco y negro y las estrellas.

Los puntos cambiaban de acera jornada tras jornada. El United se llevó la Charity Shield en agosto y eliminó al City de la Copa. Los ‘Citizens’ ganaron los dos duelos de liga, el primero de ellos, un 1-6 sonrojante que convirtió en candidato al título al “vecino ruidoso” del que hablaba Ferguson.

Sin embargo, el City se diluyó y el United creció. Parecía que el título volvería a Old Trafford cuando dos pinchazos de los diablos rojos ante el Wigan y el Everton pusieron al United a tiro de los celestes. Kompany, a tres jornadas de la conclusión, empujó con su cabezazo fuera de la cima a los ‘Red Devils’ poniendo al City en ventaja en el sprint final y condenando a la agonía el epílogo de los rojos.

En el último acto, en la batalla final una calurosa y soleada tarde de mayo los dos colosos de Manchester llegaban empatados a puntos, con ventaja para los ‘Skyblues’ que les habían pasado a los diablos rojos debido a sus dos triunfos en los enfrentamientos directos. El City tenía la liga en el bolsillo y solamente necesitaba igualar el resultado que el United cosechara en Sunderland para llevarse el título 44 años después.

La tarde era festiva en Manchester y rutinaria en Sunderland cuando el guion giró de comedia a drama en el City of Manchester. Con toda la fiesta preparada, enfrentándose al modesto QPR, el City se dejó remontar en la segunda parte con un futbolista más sobre el césped. El 1-2 y la victoria del United en el Stadium of Light colocaban a los diablos rojos en el cielo, con la Premier en sus nubes, y a los celestes en el infierno, quemándose en las ascuas de sus lamentos.

Manaban lágrimas de las gradas del Etihad Stadium. El City se desesperaba y se chocaba contra el muro del QPR cuando Dzeko empató el encuentro. Faltaban dos minutos, el reloj corría, Ferguson y el United festejaban en Sunderland cuando…apareció el Kun Agüero. Cogió el balón en la frontal del área, caracoleó y fusiló a Kenny transformando el funeral en boda y empujando a la red toda la ilusión celeste. El gol para el que había nacido…

Enloquecieron Agüero, Mancini, Gallagher, Maradona, Balotelli y todos los ‘Skyblues’ de Manchester y del mundo. El título y el cielo eran del City, los diablos rojos caían al purgatorio y la Premier League nos regalaba un final épico, agónico, glorioso y dramático que recordamos en el epílogo del 2012. Los mayas no nos han privado de un año más de pasión y fútbol británico… ¡Feliz año!

Fotografía: Agüero celebra su tanto al QPR. Fuente: Skysports.com

El agujero del Manchester United

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«Tenemos que estar más concentrados y esforzarnos más. Estamos concediendo demasiados goles y necesitamos, y sabemos, que tenemos que cortar esa tendencia», dijo ayer Ferdinand después de que su equipo encajara tres goles en el Boxing Day. Y ya van 28, una cifra muy abultada para un campeón. Un agujero por donde se pueden ir los títulos más brillantes.

«Estamos esforzándonos demasiado en marcar goles. Es bueno porque es la parte más complicada del fútbol, pero necesitamos no conceder goles estúpidos», declaró Ferdinand. El Manchester United es una máquina de perforar metas. Con Van Persie, máximo goleador de la Premier con 13 goles junto a Michu en sus filas, y con los 7 tantos de Rooney, y las innumerables asistencias del cerebro de los diablos rojos, y los 6 de Chicharito, el suplente mortal, el United machaca las redes y manda al diván a todos los porteros de la liga. Los futbolistas rojos han anotado 48 tantos en 19 encuentros, una media de más de dos goles y medio por encuentro.

Sin embargo, lo que gana en ataque lo pierde en defensa. Los ‘Red Devils’ han encajado 28 tantos, unos números malísimos, que se acercan más a la cola de la Premier que a la cima. Una cifra de dianas recibidas que no sobrepasó en 2007, 2008 y 2009, temporadas en las que la Premier League se tiñó de rojo.

Las bajas en defensa, sobre todo las lesiones de Vidic y Jones, la imposibilidad de Ferguson de asentar una línea de cuatro estable y fiable, la baja forma de Evra y Ferdinand y la alternancia en la meta entre De Gea y Lindegaard son algunas de las causas de esta sangría de goles recibidos. Los cimientos de Old Trafford se tambalean mientras las torres defensivas y el muro del United no se muestran sólidos. La ventaja sobre el City es ya de 7 puntos, pero puede menguar si los tantos golpean con tanta facilidad.

En el cuerpo a cuerpo, en el intercambio de golpes, y goles, el United está saliendo victorioso. Los tantos equilibran los despistes, las bajas y la falta de concentración defensiva. Las remontadas y las goleadas pueden tener caducidad. Solamente el rigor defensivo, del que gozaron los equipos campeones de Ferguson, pueden tapar el agujero de goles recibidos que lastra al United.

Fotografía: Ferdinand, Rooney y De Gea tras un gol encajado. Fuente: Michael Regan. Getty Images Europe

El éxito de Bale y el enésimo patinazo del Liverpool

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La magia del Boxing Day dejo dos protagonistas . Un jugador y un equipo al que en esta temporada las cosas les están saliendo diametralmente opuestas. La noche y el día. El sol y la luna. Bale y el Liverpool.

Bale es el adorno principal del árbol del Boxing Day. Sus tres goles al Aston Villa, que cerraron la goleada de los ‘Spurs’ en Villa Park, certificaron la importancia de la estrella galesa en White Hart Lane. Es el referente absoluto del Tottenham. Todos los focos alumbran al todocampista galés, que con 23 años se ha convertido en uno de los grandes de la Premier y el balompié mundial. Ya lleva 9 goles en liga. Ha dejado de asistir con tanta frecuencia para llegar desde atrás, sorprender y marcar con su potente golpeo con la izquierda.

Un patrón que calcó en sus tres tantos al Aston Villa. Tres tiros, dos asistencia de Lennon, Sigurdsson y una galopada y unos regates interminables que acompañan su efectivo tiro y dibujan unas carreras imparables. Las redes tiemblan a cada disparo de Bale. Y este año ya lo han hecho en 9 ocasiones, las mismas que en la liga pasada. El joven lateral ha mutado en un extremo mortal.

Y el Liverpool. Cayó con estrépito en Stoke. Los ‘Potters’ llevaban sin marcar tres goles en un encuentro de liga desde noviembre de 2011 ante el Blackburn, son el equipo menos goleado de la Premier (14 goles encajados) y sólo han perdido tres encuentros. Aun así, su nivel está, técnicamente, a años luz de los ‘Reds’ y su cómoda victoria demuestra el mal momento que se vive en Anfield.

El Liverpool , que ha iniciado con Rodgers su particular travesía en el desierto hacia el cambio de estilo , no fue rival. Shawcross y Huth bloquearon a Luis Suárez y Walters y Jones fueron un suplicio para Reina.

25 puntos en 19 jornadas son un bagaje muy pobre para uno de los clubes más laureados de Inglaterra y Europa. Rodgers necesita tiempo para imponer su estilo, hacer del Liverpool un equipo que controle el esférico y lo transforme en peligro y gol. Lo primero ya lo tiene, los ‘Reds han tenido hoy 65% de posesión, ahora hace falta traducir los pases y el control en éxito.

Bale y el Liverpool. Uno se ha consagrado como una estrella y ha hecho su mejor inicio goleador y el otro va camino de su peor temporada en la Premier League. La noche y el día. El éxito y el enésimo patinazo.

Boxing Day, cuando el fútbol es tradición

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Llegó el día. Ha pasado un año pero ya está aquí el Boxing Day. Los niños esperan este día, en el que el fútbol inglés regala una jornada llena de emoción, espectáculo y goles, como los regalos que Papa Noel deja bajo el árbol. Las familias acuden unidas a Anfield, a Old Trafford o al Emirates cuando el frío y la soledad inundan los estadios de Europa.

9 partidos se disputan hoy en la Premier League y 57 más entre todas las categorías del Reino Unido e Irlanda. Un frenesí de goles, entradas y pasión que llena las gradas de gorros navideños y de gritos eufóricos. Y eso no es todo, ya que no se limita al día 26 esta fiesta balompédica ya que en ocho días se jugarán 62 partidos de máxima competición repartidos entre tres actos de Premier y uno de FA Cup.

Los goles de Michu, las cabalgadas de Bale, los pases de Silva o las asistencias de Mata serán parte de una tradición que se remonta 200 años atrás cuando la servidumbre era una realidad en el Reino Unido. Los nobles entregaban las sobras de sus atracones a su servicio en cajas y ellos se las comían en una jornada en la que acudían a los estadios del emergente fútbol. Tras dos días de duro trabajo, el deporte era su recompensa.

Con los años la tradición se ha arraigado y ha mutado en un día en el que económicamente el fútbol recibe su aguinaldo. Audiencias millonarias y estadios llenos mantienen un maratón navideño que tiene a sus principales detractores en Ferguson, Wenger y Mancini y en la competitividad de los clubes ingleses y de la selección inglesa. El descanso navideño del que no gozan en Inglaterra es un handicap a la hora de competir en mayo y la Premier League solamente se ha planteado eliminar el ‘replay’ de la FA Cup para descongestionar el calendario y el esfuerzo.

El Boxing Day es la esencia y la tradición del fútbol británico. El regalo que el deporte deja bajo el árbol de la sociedad de las Islas desde hace dos siglos. La magia del fútbol que inunda la Navidad de goles e ilusión.


Fotografía: Aficinados en el Boxing Day. Fuente: Glyn Kirk/AFP/Getty Images

Michu, el centrocampista disfrazado de gol

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“Nunca había oído hablar de Michu”, dijo Sir Alex Ferguson en la previa del Swansea-Manchester United. Y es que nadie en la Premier League conocía al delantero disfrazado de gol, al medio con alma de atacante, que desde que pisara los húmedos verdes de Inglaterra ha perforado redes al mismo ritmo que sus admiradores le descubrían y los focos le alumbraban.

“Es un buen rematador. Solo hay que ver los goles que hizo al Arsenal recientemente. Tenemos que ser conscientes de su amenaza, pues puede jugar tanto en la delantera como en el centro del campo”, aseguró el mánager escocés antes de que Michu se saltara todas las advertencias del entrenador del United a su defensa y marcara el gol que dio el empate al Swansea. Primero contribuyó en el fluir de la jugada. Después, tras la parada de De Gea a De Guzmán, recogió su rechace para convertirlo en su decimotercera diana. Un tanto que celebró con la misma tranquilidad con la que ve, desde la cima de goleadores de la Premier League, a sus rivales del gol. Luis Suárez, Van Persie, Torres, Ba, Fletcher, Defoetodos, de momento, están por detrás de un chico de Oviedo que soñó con triunfar en el Carlos Tartiere. Debutó en Tercera, con el Oviedo, con 17 años, ayudó a ‘su equipo’ a salir del pozo, rechazó al Sporting y colaboró económicamente, ya siendo estrella, en la ampliación de capital ovetense de hace unos meses. Su corazón es azul.

Camaleónico, sorprendente e imprevisible. Así es el juego de Michu. Con los años, y a medida que subía categorías, ha ido adelantando su posición y estrechando sus lazos con el gol. En el Celta despuntó como un medio con llegada, en Vallecas se doctoró con el gol con 15 tantos en su debut en Primera y en Swansea ya es el máximo goleador de la Premier League. Un ascenso meteórico para un futbolista que hace dos campañas jugaba en Segunda de medio y que ahora es el ‘pichichi’ de la competición más globalizada y competitiva del planeta.

Michu ha igualado con su arranque, 13 goles en 18 actos, a los mejores debutantes de la historia de la Premier League. El futbolista asturiano es parte ya de un selecto grupo en el que Henry, Van Nistelrooy, Drogba y Anelka comparten asiento con él. Un asiento muy caro al que el futbolista ha llegado después de que los ‘Jacks’ pagaran por él poco más de dos millones de euros.

Su fútbol no tiene techo, ni tampoco sus goles. Con su 1,91 domina todas las artes del delantero. Tiene un gran remate de cabeza, un buen desmarque y una definición prodigiosa, con las dos piernas, que le convierten en uno de los mejores atacantes de la Premier League. De llegador ha mutado en la referencia del equipo, en el delantero sobre el que gira todo el caudal ofensivo de los ‘Swams’. Laudrup le ha dado galones y Michu los ha convertido en goles. Intuye el peligro, se adelanta al defensa y anota desde cualquier flanco.

Con un inicio fulgurante, llevó al Swansea a la cima de la liga en agosto. El QPR fue su primera víctima, su bautizo en las Islas, con dos goles que le elevaron a la categoría de estrella en Swansea, dentro del equipo de toque y posesión que juega al sur de Gales, y pusieron todos los focos y el brillo de la Premier League en sus botas. Desde entonces, 11 goles más, dos tantos en el Emirates y tantas y tantas celebraciones calcando a Luca Toni.

En Swansea, tras cada presentación, bajo la lluvia, los lugareños te regalan un “nice to Michu”. En Oviedo, aún recuerdan a ese joven que un día lluvioso y frío, con el campo embarrado y oscuro debutó en Tercera y le dio los tres puntos al equipo de su corazón. No hay tanta diferencia entre Asturias y Gales. Entre marcar en el Tartiere o en la Premier League.

Fotografía: Michu celebra su tanto al United. Fuente: Rebecca Naden/Reuters

Champions League: Peligro inglés

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Los dos representantes ingleses que quedan en los octavos de la Champions League, Manchester United y Arsenal, se medirán a Real Madrid y al Bayern de Münich. El sorteo no ha sido benevolente con el fútbol inglés. Dos de los reyes de la aristocracia europea, dos estadios casi inexpugnables, serán sus campos de batalla los meses de febrero y marzo. Una durísima prueba para ‘Red Devils’ y ‘Gunners’ pero también para la Premier Leagueauto proclamada mejor liga del planeta, la más globalizada, que podría quedarse sin ningún representante en cuartos de final por primera vez en los últimos 17 años.

Hay que remontarse a un lejano 1995 para ver unas eliminatorias de cuartos de Champions League en la que las estrellas y los focos de la máxima competición continental no alumbraran a ningún equipo ni a ningún verde de las Islas. Hace 17 años el Blackburn Rovers de Alan Shearer y Chris Sutton, sorprendente campeón de liga en la temporada anterior, fue el único representante inglés. Y no fue un buen debut en la Copa de Europa para los ‘Rovers’, que quedaron últimos de grupo.

Desde aquella negra campaña, Inglaterra ha presumido de tener siempre a un representante en cuartos de final. Tres años seguidos estuvo la Premier League colocando a tres equipos en semifinales. En 2007 el Liverpool, el Chelsea y el Manchester United poblaron las semifinales aunque la Copa se la llevó el Milan. Ya en 2008, los tres mismos actores representaron la antesala de una final que puso de manifiesto el poderío inglés en el Luzhniki de Moscú entre el Chelsea y el United. Los ‘Red Devils’ de Cristiano se llevaron el premio. Y en 2009, a los ‘Blues’ y a los diablos rojos se les sumó el Arsenal en semifinales, aunque en esta ocasión la ‘orejona’ fue para el super Barça de Pep Guardiola y Leo Messi.

El Chelsea, el Liverpool, el Leeds, el Arsenal pero, sobre todo, el Manchester United, que entre 2007 y 2011 coleccionó tres finales y un título, han llegado a las finales, las semifinales y los cuartos con soltura. Con un solo participante por competición, con dos, con cuatro, con dos fases de grupo y solamente con una la Premier League ha dominado la Champions League en la última década. Ha regalado en la última campaña un campeón defensivo en penaltis como el Chelsea, un Liverpool que consiguió en Estambul una quimera ante el Milan, un triunfador agónico como el United en el Camp Nou y un castigo excesivo para los ‘Blues’ infligido por el gigante tulipán de los ‘Red Devils’, Van der Sar, en la final de Moscú.

Ahora, tras años de éxito, el fútbol inglés en la Champions League está en peligro. La voracidad de Cristiano Ronaldo amenaza Old Trafford. Aunque Mourinho y el Madrid se hayan enredado en asuntos que le alejan del césped y de su competitividad, el martillo blanco puede destrozar al frágil ecosistema de Ferguson, al que mantienen en la cima de Inglaterra, con tenacidad y goles, Van Persie y Rooney.

La Champions League puede quemar al eterno toque del Arsenal, de la posesión de Wilshere, Ramsey, Arteta, Cazorla y compañía, a la máquina poco competitiva de Wenger. Uno de los mejores Bayern de Münich de los últimos años le tiene en el punto de mira. El gigante alemán, finalista hace unos meses, ha mejorado su fondo de armario, ha confeccionado un traje de campeón que tiene en su horizonte volver a dejar un año más al Emirates sin Champions en marzo.

La Premier League y sus equipos podrían quedarse en su isla a partir de marzo. El fútbol inglés podría recibir un revés que hace 17 años que no siente. Peligro.

Fotografía: Instantes del último Arsenal-United de Premier. Fuente: arsenal.com

Joe Allen, el mejor pasador de las Islas

West+Bromwich+Albion+v+Liverpool+-+Premier+League

El balón no conocía el césped hace unas décadas en el fútbol británico. En la Premier League, o en la Scottish Premier League, el pesado y húmedo esférico volaba impulsado por la patada o por la cabeza del futbolista de turno. El ‘kick and run’ (patea y corre) era el ecosistema del balompié inglés hasta que la globalización, la llegada de franceses, brasileños y españoles a su santuario raseó el juego y devolvió al balón a su punto de partida.

Un arte, un modo de entender el fútbol europeo y sudamericano que ahora ha creado escuela dentro de Gales, Escocia e Inglaterra. Un estilo del que Joe Allen es su alumno más aventajado. El joven medio galés, que creció en el Swansea bajo el abrigo del esférico y de la táctica de Rodgers y los pases de Britton, el eslabón perdido del fútbol inglés, se ha convertido en uno de los mejores arquitectos de la Premier League. Un pasador y un recuperador de interminables proporciones al que ya consideran el ‘Xavi’ británico. Con 16 años debutó en Championship, con 18 en la selección galesa y ahora, con 22, ya es el ‘playmaker’ de los dragones, los ‘Reds’ y de la selección británica.

Allen es la piedra angular del Liverpool de Brendan Rodgers, el eje sobre el que crece todo el caudal ofensivo de los ‘Reds’. En un torneo donde los llegadores, los Gerrard, Lampard o Dembelé, tienen un papel destacado, Allen ha sabido crecer desde su pequeña estatura para emerger en un gigante del pase y del robo.

El medio galés es el futbolista con mejor porcentaje de acierto en pases (92,3 %) de la Premier League y uno de los que más envíos con éxito realiza (73 por partido).Y eso no es todo, ya que Allen es el jugador que más balones roba para su equipo. En una liga en la que los jugadores altos, atléticos y físicos son mayoría el menudo Allen (1,68 de altura) gracias a su inteligencia y colocación lleva ya interceptados 147 esféricos. Un futbolista completo, equilibrado en ataque y en defensa, que tapa las grietas de un Liverpool que hace aguas en Inglaterra.

“Luis Aragonés es un pionero, un apóstol del fútbol de talento. En mis inicios tuve problemas por mi altura pero gracias a él, y al estilo del Barcelona y España, del que soy profundo admirador, he conseguido triunfar”, afirmó el futbolista galés hace varias semanas. El talento siempre supera a las limitaciones físicas. Y Allen, con su juego y sus números, ha logrado situarse en la cima de la Premier League desde la sala de máquinas de Anfield.

Fotografía: Joe Allen con el Liverpool. Fuente: Andrew Powell

El enésimo remate de Luca Toni

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“Los viejos rockeros nunca mueren” cantó hace décadas Miguel Ríos. Esta frase, ejemplo de perpetuidad en el imaginario colectivo más que en lo físico, sería también aplicable a un grupo muy amplio de delanteros centros. Especímenes únicos, capaces de seguir rematando y goleando a pesar de que el sprint les falle, de que los kilos les aprieten o de que las oportunidades se les escapen.

El fútbol italiano colecciona a este tipo de atacantes y, en esta jornada, uno de ellos ha sido determinante. Luca Toni, el interminable delantero que lleva batiendo porteros durante más una década sin descanso, marcó dos de los cuatro tantos que su equipo, la Fiorentina, le endosó al Siena en el derbi de la Toscana. Desmarcándose, de cabeza, en el área, aprovechando los centros de Pasqual y Borja Valero Toni logró su enésimo remate ganador. El longevo ’30’, sin el físico de hace un lustro pero con el mismo instinto, redondeó con este doblete sus 264 tantos en el fútbol profesional desde que un lejano 1994 debutara en las catacumbas del fútbol italiano, en su casa, con el Modena.

Desde entonces, 14 equipos, tres países, han disfrutado de las celebraciones de Toni. De su mano girando alrededor de su oreja tras cada tanto. De su poderoso remate de cabeza, de su oportunismo y de su golpeo preciso. Un futbolista de aspecto tosco, pero no exento de calidad, que ha logrado sus mayores cotas en Palermo, Münich y Florencia.

En Sicilia, Toni se convirtió en un goleador tardío. A sus 27 años fue el máximo anotador de la Serie B con el Palermo y a los 29 lo consiguió en la cima del fútbol italiano. Unos tantos que catapultaron a los ‘Rosonero’ a Europa y a Toni a la ‘Azzurra’ y a un grande como la Fiorentina. Cerca de su casa, de Emilia-Romagna, en la Toscana, Toni siguió marcando en Italia y en Europa. De Florencia saltó al Bayern donde tras un comienzo espectacular, siendo máximo goleador de la Bundesliga, cayó en desgracia deportiva.

Van Gaal no contó con él, le bajó al equipo B, y, con 33 años, parecía que la llama deportiva, y goleadora, de Toni se había extinguido. Deambuló por Genova, Turín y Roma antes de jugar entre las dunas, el calor y los petrodólares árabes en el Al-Nasr de Dubai.

Sin embargo,Toni no quería un retiro dorado. Sus botas y sus goles no se habían consumido y volvió a Florencia para hacer su último servicio. De ‘Viola’, con 35 años, uno de los más efectivos killers italianos de las últimas décadas sigue marcando y atemorizando redes y porteros. Y ya van seis tantos en Serie A

Fotografía: Luca Toni celebra uno de sus goles al Siena. Fuente: Gabriele Maltini/ Getty Images Europe 

QPR: Por fin…

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Seis días antes de que se acabe el mundo se cumplió lo imposible. Se hizo realidad la quimera. Se abrieron los cielos, se hizo la luz y entraron los goles. El Queens Park Rangers, tras 17 jornadas, consiguió su primera victoria de la temporada.

Los goles de Taarabt doblegaron al Fulham, que tendrá el dudoso honor de haber sido el primer equipo derrotado por los ‘Rangers’. El mediapunta marroquí, el defenestrado héroe del ascenso hace dos temporadas, el genio díscolo, la calidad y el capitán de los londinenses, fabricó, con sus dos tantos, el primer triunfo en lo que va de campaña.

La euforia era absoluta en Loftus Road hasta que Petric, en el epílogo del encuentro, recortó distancias. Todos los fantasmas de los dieciséis empates y derrotas anteriores saltaron al césped, invadieron las gradas y acogotaron a los aficionados. Sin embargo, hoy no era el día de la mala suerte. Hoy era la tarde de la agonía y el alivio para los ‘Hoops’.

Respiraron Redknapp, el apagafuegos, y entrenador, contratado para reflotar al QPR,  Fernandes, el hombre que se deja la vida y los millones, y los hinchas del QPR cuando Atkinson pitó el final. Tras más de un tercio de temporada el equipo londinense comienza a asomar la cabeza. Empieza a sumar de tres en tres, aunque sus expectativas veraniegas no le situaban en esta tesitura.

Tras invertir 25 millones de euros en fichajes veraniegos, y otros tantos en el pasado mercado invernal, la plantilla del QPR es una de las más conocidas de la Premier League. Julio César, Fabio Silva, Bosingwa, Park, Granero, Hoilett, Nelsen y Andy Johnson llegaron para unirse a Cissé, Zamora, Wright-Phillps y Taarabt y diseñar un conjunto que peleara por Europa. Sin embargo, sobre el verde se ha visto, primero con Hughes y ahora con Redknapp, que el QPR tiene más nombres que hombres. Una colección de cromos de futbolistas en decadencia que no consiguen dar la talla, por ahora, en la Premier League. Calidad les sobra pero hace falta algo más de actitud e intensidad para competir.

Tras ganar al Fulham el QPR ya no es colista y está a cinco puntos de la salvación. A Redknapp le queda mucho trabajo pero con su experiencia, y con la calidad y la intensidad, si la ponen, de sus futbolistas, el objetivo puede dejar de ser una quimera. Por algo se empieza…

Fotografía: Los futbolistas del QPR celebran el triunfo. Fuente: AFP/ Getty Images

La metamorfosis del Chelsea

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Hoy, en las semifinales del Mundial de Clubes ante el Monterrey, el Chelsea ha cambiado. Tal vez sea precipitado hablar de metamorfosis, de giro radical en su rumbo ante un rival a años luz de su potencial, pero lo que se ha visto esta mañana sobre el césped de Yokohama invita al optimismo futbolístico de Abramovich .

Rafa Benítez, criticado sin motivo actual por los aficionados ‘Blues’, ha dejado en el parking el autobús de Di Matteo para dibujar en su pizarra un esquema más atrevido. El Chelsea de las últimas semanas ha olvidado el juego defensivo, el pelotazo, para volver a reconciliarse con el esférico. Y de este idilio con el balón gran parte de culpa es de Mata, Hazard y Óscar.

Los tres mediapuntas, cada uno con sus características, han desarbolado a la defensa mexicana. Hazard con sus regates, Óscar con sus asistencias y Mata con sus movimientos y su remate han fabricado los tres goles del vigente campeón de la Champions League y han generado innumerables oportunidades. De sus botas sale un caudal de juego interminable que favorece las subidas de Cole y los desmarques de Torres. Sin la velocidad de antaño, pero con mayor inteligencia y colocación,‘The Kid’, tras su gol de hoy, suma ya 5 tantos en los últimos tres partidos.

12 goles lleva el Chelsea en sus últimos tres encuentros. Hoy jugando con fluidez, con pausa y monopolizando el balón con David Luiz de mediocentro. El brasileño, mutado de central a medio, ha dado ante el Monterrey un curso de mezclar balones largos y cortos, de colocación y de jerarquía. Su nueva ubicación es la solución de urgencia de Benítez. Es el ejemplo de la metamorfosis del Chelsea, que el domingo jugará la final del Mundial de Clubes ante el Corinthians.

Fotografía: Hazard,Óscar y Mata. Fuente: Gleb Garanich/Reuters